A finales de verano y en el otoño, las garrapatas
permanecen en bosques, prados, entre los arbustos o en los parques de recreo.
Las áreas de riesgo de infección de meningitis
crecen a medida que pasa el tiempo y al pasar por una de estas zonas, las
garrapatas se pueden quedar adheridas sin que uno se dé cuenta. La mordida de
garrapata permanece desapercibida durante mucho tiempo porque la saliva de la
garrapata contiene una sustancia anestésica.
7-10 días después de la mordida de garrapata, surgen
los siguientes síntomas típicos: Síntomas parecidos a los de la gripe como
dolor de cabeza y en las extremidades, fiebre y resfriado. A los 10 días, estos
síntomas pueden volverse más intensos y aparecer acompañados de una inflamación
medular, fiebre, sensibilidad a la luz, rigidez de nuca y vómito. Existe la
posibilidad de daños permanentes como parálisis o trastornos de la
coordinación. La evolución de la enfermedad suele ser más grave en personas
mayores. En ciertos casos, la enfermedad puede causar la muerte.
Por estas razones, aconsejamos la vacuna contra
garrapatas:
- A partir de los 6 años
- Existen diferentes sustancias de vacuna, apropiadas para niños y adultos
- Sustancia bien tolerada, no contiene conservantes ni componentes de sangre humana
- Esquema de vacunas tradicional: repetición de la vacuna al mes y los 9 meses
- Esquema de vacunas acelerado: repetición de la vacuna a la semana y a las 3 semanas
- Duración de la protección: 10 años
En el caso de que encuentre una garrapata adherida a
su piel, siga los siguientes pasos:
- Agarre a la garrapata con una pinza desde el punto más cercano a su propia piel y tírela hacia atrás, o sea en dirección contraria a la cabeza de la garrapata.
- Desinfecte la picada. En caso de que queden restos, procure asistencia médica.
- No extraiga la garrapata con movimientos rotativos y no aplique aceites.
- Observe la picada durante 6 semanas. Si nota un sarpullido rojo en forma de anillo, procure asistencia médica.
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